DOI: http://dx.doi.org/10.20986/revesppod.2024.1700/2024
ORIGINAL
Lesiones en la región anatómica de pie y tobillo en jugadores/as de rugby de la Universidad de Málaga. Estudio observacional
Injuries in the foot and ankle region in rugby players from the University of Malaga. Observational study
Violeta López-García1
Francisco Daniel Castillo-Ibáñez1
Sandra Sánchez-Morilla1
María del Carmen Carrasco-de la Fuente1
Ana Belén Ortega-Ávila1,2
1Departamento de Enfermería y Podología. Facultad de Ciencias de la Salud. Universidad de Málaga, España
2Instituto de Investigación Biomédica de Málaga, España
Resumen
Introducción: El rugby es un deporte de equipo de contacto, practicado en todo el mundo. Las cualidades fisiológicas principales del rugby son la fuerza, la potencia neuromuscular, la velocidad, la capacidad de sprint repetido y la agilidad. Las lesiones a nivel de pie y tobillo son las más frecuentes en el rugby. El objetivo de este trabajo es determinar el estado funcional del complejo anatómico de pie y tobillo en jugadores de rugby.
Pacientes y métodos: Se realizó un estudio observacional y transversal, realizado en el equipo de rugby de la Universidad de Málaga desde febrero a abril de 2024.
Resultados: Se encontró asociación estadísticamente significativa entre el género y la flexión dorsal de la primera articulación metatarsofalángica (p = 0.031) y de género con el test de Lunge (p = 0.038). El FPI fue predominantemente neutro en el pie derecho (73.3 %) y en el pie izquierdo (53.4 %). Casi todos los jugadores presentaron zonas de hiperpresión (93.4 %). La lesión más frecuente en jugadores/as de rugby era el esguince lateral del tobillo.
Conclusiones: El esguince lateral de tobillo fue la lesión más frecuente. Los jugadores presentaron zonas de hiperpresión en el pie, prevaleciendo el primer pulpejo y cabeza del primer metatarsiano bilateral. En cuanto al estado funcional del pie y tobillo, se destacan variaciones atendiendo a las características del jugador.
Palabras clave: Rugby, primera articulación metatarsofalángica, articulación tibioperoneastragalina, lesiones, pie, tobillo
Abstract
Introduction: Rugby is a contact team sport played worldwide. The primary physiological attributes required for rugby include strength, neuromuscular power, speed, repeated sprint ability, and agility. Foot and ankle injuries are the most common in rugby. Objectives: To determine the functional status of the foot and ankle complex in rugby players.
Patients and methods: An observational and cross-sectional study was conducted on the University of Málaga rugby team from february to april 2024.
Results: A statistically significant association was found between gender and dorsiflexion of the first metatarsophalangeal joint (p = 0.031), and between gender and the lunge test (p = 0.038). The Foot Posture Index (FPI) was predominantly neutral in the right foot (73.3 %) and in the left foot (53.4 %). Almost all players exhibited areas of hyperpressure (93.4 %). The most common injury among rugby players was lateral ankle sprain.
Conclusions: Lateral ankle sprain was the most common injury, with players exhibiting areas of hyperpressure in the foot, predominantly in the first toe pad and the head of the first metatarsal bilaterally. Regarding the functional status of the foot and ankle, notable variations were observed based on the characteristics of the players.
Keywords: Rugby, first metatarsophalangeal joint, tibiofibular-talar joint, injury, foot, ankle
Correspondencia: Sandra Sánchez Morilla
sandrapodologia2000@gmail.com
Recibido: 19-06-2024
Aceptado: 28-08-2024
Introducción
El rugby es un deporte de equipo de contacto que se practica por hombres, mujeres y niños en todo el mundo. La amplia variedad de destrezas y requisitos físicos hace que participen personas con constituciones y capacidades muy diversas. Se considera un deporte intermitente, de alta intensidad, ya que presenta actividades que requieren fuerza y potencia máxima que son intercalados con periodos de actividad aeróbica de menor intensidad y descanso(1). El resultado de estas exigencias físicas del juego da lugar al desarrollo de altas cualidades fisiológicas como son la fuerza, la potencia neuromuscular, la velocidad, la capacidad de sprint repetido y la agilidad(2). Además, es un deporte que abarca una cantidad de conceptos sociales y emocionales como coraje, lealtad, espíritu deportivo, disciplina y trabajo en equipo(3).
Teniendo esto en cuenta, pese a que el Rugby es un deporte de contacto extendido y practicado mundialmente, y en la literatura científica se observa una tendencia en la aparición de lesiones musculoesqueléticas del miembro inferior, no hay evidencia suficiente que señale los mecanismos lesionales de aparición de las patologías más comunes de este deporte en la región anatómica del pie y tobillo. Tampoco encontramos evidencia sobre la pierna dominante en la incidencia de lesiones. En la región anatómica de estudio, pese a que desempeñan una función excepcional la articulación tibioperoneoastragalina y la articulación metatarsofalángica del primer dedo en esta práctica deportiva, no encontramos evidencia sobre su rango de movimiento y si esta se ve alterada con los años de práctica deportiva en el rugby. Además, no se conoce cómo se producen estas lesiones en función del jugador y cómo afecta su aparición en el ámbito deportivo, dificultando el abordaje diagnóstico y terapéutico desde el punto de vista clínico y multidisciplinar.
Por ello, el objetivo principal de este estudio fue determinar el estado funcional de la región anatómica del pie y tobillo, específicamente de la articulación tibioperoneoastragalina (TPA) y la primera articulación metatarsofalángica (1AMTF) en jugadores de rugby y, de manera secundaria, realizar una evaluación de los mecanismos lesionales en función de las características del jugador.
Pacientes y métodos
Diseño de estudio
Se realizó un estudio observacional y transversal de acuerdo con los criterios de la declaración STROBE(4).
Población y campo de estudio
El estudio se llevó a cabo con una muestra de conveniencia. La recogida de medidas y datos se realizó desde el mes de febrero al mes de abril del año 2024 en el Complejo Deportivo de la Universidad de Málaga.
Los criterios de inclusión fueron jugadores hombres y mujeres del equipo de rugby de la Universidad de Málaga; jugadores mayores de 18 años. Los criterios de exclusión fueron padecer alguna enfermedad degenerativa; intervención quirúrgica a nivel de la articulación tibioperoneoastragalina o 1.ª articulación metatarsofalángica; tratamientos ortopodológicos o extrapédicos.
Procedimiento
Para cada paciente se recogieron datos específicos de la historia clínica, incluyendo datos sociodemográficos, antropométricos y morfológicos de pie y tobillo.
Respecto al estado funcional, el rango de movilidad de la TPA fue valorado mediante la prueba de Lunge(5), situando al sujeto en bipedestación a 10 cm de la pared, alineando el primer dedo con el centro del talón. La capacidad o incapacidad del participante para realizar la prueba en cada miembro fue calificada como “apto” o “no apto”.
El rango de movilidad de la 1AMTF en descarga se valoró mediante goniómetro de dos ramas(6). El participante fue colocado en decúbito supino, posicionando el centro del goniómetro en la bisectriz del primer metatarsiano fijándola con la mano y la rama móvil en la bisectriz de la falange proximal del primer dedo. Además, se realizó la prueba del hallux limitus(7) con el participante en decúbito supino. El pie se colocó en posición neutra mientras se ejerció fuerza en la cabeza del primer metatarsiano y se realizó la dorsiflexión del dedo.
Con el FPI (8) se evaluó el pie en los tres planos espaciales. Se tuvieron en cuenta seis elementos, cada uno de ellos obteniendo un posible valor desde el -2 al +2. Los valores positivos fueron asociados a la pronación y los negativos a la supinación, representando el valor 0 la neutralidad.
Para la valoración perspectiva de la función física del complejo anatómico de pie y tobillo se administró el cuestionario Foot and Ankle Ability Measure (FAAM) dimensión “Deportes” en su versión española(9). Por último, se administró el Cuestionario Internacional de la Actividad Física (IPAQ) en su versión corta(10) y validado en español para determinar la cantidad de actividad física que se realiza, y si esta pudo relacionarse con lesiones a nivel del pie y tobillo.
Las variables recogidas se agrupan en la Tabla 1.
Análisis estadístico
Se hizo distinción entre variables categóricas (ordinal o nominal) y numéricas (continua o discreta). Se utilizó Jamovi en su versión 2.3.28 para la realización del análisis estadístico. Al inicio, se llevó a cabo un análisis descriptivo de las variables de estudio. Aquellos valores correspondientes a variables continuas fueron resumidos en una tabla donde, atendiendo a su simetría, se describieron media y desviación estándar o percentiles y rango de valores máximos y mínimos.
Para analizar la significación estadística (p < 0.05) de las diferencias observadas en las frecuencias de las variables de interés, se procedió con la prueba Chi cuadrado para muestras independientes en caso de variables de tipo cualitativo.
En cuanto a las diferencias de variables de tipo cuantitativo en dos grupos independientes, estas se analizaron con las pruebas t de student para muestras independientes. La condición de normalidad en cada uno de los grupos fue comprobada con la prueba de Saphiro-Wilk; si esta no pudo ser asumida, se aplicó la prueba no paramétrica U de Mann- Whitney.
Resultados
En total participaron 15 sujetos en el estudio, de los cuales 12 fueron hombres y 3 mujeres, con una media de edad de 25 años (DE = 4.94) en hombres y 21 años (DE = 2.08) en mujeres. La media de la altura y el peso en los hombres fue de 181 cm (DE = 6.69) y 90.1 kg (DE = 15.8). En las mujeres fue de 163 cm (DE = 10.8) y de 74 kg (DE = 22.9). En relación con la talla de calzado, se obtuvo una media en hombres de 43.8 EU (DE = 1.71) y de 38.3 EU (DE = 3.21) en mujeres. En cuanto al IMC, se encontró que el 46.7 % constituyente de la muestra tenía sobrepeso, representando los hombres el 40 % del total. Finalmente, la pierna derecha fue dominante en el 86.7 % de la muestra.
En cuanto al tiempo de entrenamiento, se obtuvo que la mayoría de los jugadores entrenaban más de 4 días a la semana, siendo este patrón más repetido en los hombres. Respecto al tiempo en años practicando rugby, se encontró que la mayoría de los participantes llevaban más de dos años de práctica. No se encontraron mujeres que llevaran más de 5 años practicando este deporte. Al realizar una asociación entre los años practicando rugby con la presencia de zonas de hiperpresión, se destacó que el 93.4 % de los jugadores que llevaban entre 1 y 2 años o más de dos años tenían zonas de hiperpresión en alguna zona de la planta del pie. La de mayor prevalencia de aparición era el primer pulpejo y cabeza del primer metatarsiano bilateral (46.7 %), seguido del pulpejo del primer dedo bilateralmente (40 %). Por último, y en menor medida, se encontraron zonas de hiperpresión en la cabeza del primer metatarsiano bilateralmente (6.7 %).
En relación con la posición de juego, se demostró que el 80 % de los hombres y todas las mujeres jugaban como delanteros. En cuanto a la asociación de la posición de juego con la presencia de zonas de hiperpresión, se obtuvo que la mayoría de los jugadores con posición de defensa eran propensos a padecer zonas de hiperpresión en el pulpejo del primer dedo bilateralmente y la cabeza del primer metatarsiano bilateralmente (66.7 %). Además, en cuanto a los delanteros, la mayoría de las zonas de hiperpresión se presentaron en el pulpejo del primer dedo bilateralmente (50 %). El 33,3 % de defensas no presentaron zonas de hiperpresión.
Respecto al estado funcional de la primera articulación metatarsofalángica, se adquirió la media de flexión dorsal del pie derecho y del pie izquierdo. En hombres, se obtuvieron valores de 50° (DS = 7.69) en el pie derecho y 54.6° (DE = 11) en el izquierdo. En cuanto a las mujeres, estos valores fueron de 66.7° (DE = 11.5) bilateralmente. Se encontró mayor rango de flexión dorsal de la articulación metatarsofalángica en mujeres (Tabla 2). No se encontró asociación estadísticamente significativa entre los grados de flexión dorsal de la 1AMTF en relación con los años de práctica deportiva. Respecto al test de hallux limitus funcional, se encontró tanto en hombres como en mujeres la presencia mayoritaria de hallux limitus funcional bilateral (66.7 %).
Haciendo referencia al estado funcional de la articulación tibiperoneoastragalina mediante la prueba de Lunge, se encontró una asociación estadísticamente significativa del miembro inferior derecho con el género en cuanto a la capacidad de realizar o no adecuadamente la prueba (Tabla 3). Por otro lado, se encontró una asociación significativa entre la capacidad de realizar la prueba de Lunge en el miembro inferior derecho en relación con los años de práctica (Tabla 4).
En cuanto a la valoración del miembro inferior mediante el FPI en el pie derecho e izquierdo, el 73.3 % y el 53.4 % del total presentaban un pie neutro respectivamente. En cuanto al género, el FPI del pie derecho en hombres fue de tipología mayoritariamente neutra (60 %), seguido de pronado (20 %). En las mujeres la tipología mayoritaria fue igualmente neutra (13.3 %), seguido de pronado (6.7 %). En cuanto al miembro inferior izquierdo, la mayoría de los hombres presentaban un pie neutro (46.7 %), seguido de pie pronado (26.7 %). En las mujeres, el FPI fue pronado (13.3 %) seguido de la tipología neutra (6.7 %).
Finalmente, no se encontraron asociaciones estadísticamente significativas entre la presencia de lesiones a nivel de pie y tobillo respecto a la pierna de juego dominante ni en relación con los resultados obtenidos en los cuestionarios FAAM e IPAQ. En cuanto al cuestionario IPAQ, para esta muestra, el esguince lateral de tobillo se presentó como la lesión más frecuente en jugadores de rugby.
Discusión
El objetivo de este estudio fue determinar el estado funcional de la región anatómica del pie y tobillo, específicamente de la articulación tibioperoneoastragalina y la primera articulación metatarsofalángica en jugadores de rugby, así como realizar una evaluación de los mecanismos lesionales en función de las características del jugador.
Nuestros resultados demostraron un mayor rango de flexión dorsal de la primera articulación metatarsofalángica en mujeres jugadoras, así como un predominio de hallux limitus bilateral, tanto en hombres como en mujeres.
En cuanto a la articulación tibioperoneoastragalina, se encontró una asociación significativa del miembro inferior derecho con el género en cuanto a la capacidad de realizar o no adecuadamente la prueba de Lunge. Finalmente, se encontró una asociación significativa entre la capacidad de realizar la prueba de Lunge en el miembro inferior derecho en relación con los años de práctica deportiva. En cuanto a la valoración del miembro inferior mediante el FPI en el pie derecho e izquierdo, la mayoría presentaba un pie neutro bilateralmente.
Al realizar una asociación entre los años practicando rugby con la presencia de zonas de hiperpresión, se destacó que el 93.4 % de los jugadores que llevaban entre 1 y 2 años o más de dos años practicando este deporte presentaron zonas de hiperpresión en alguna zona de la planta del pie, siendo la de mayor prevalencia de aparición el primer pulpejo y la cabeza del primer metatarsiano bilateralmente. En cuanto a la asociación de la posición de juego con la presencia de zonas de hiperpresión, se obtuvo que la mayoría de los jugadores con posición de defensa eran propensos a padecer zonas de hiperpresión en el pulpejo del primer dedo bilateralmente y la cabeza del primer metatarsiano bilateralmente. Además, en cuanto a los delanteros, la mayoría de las zonas de hiperpresión se presentaron en el pulpejo del primer dedo bilateralmente. Por último, el esguince lateral de tobillo se presentó como la lesión más frecuente en jugadores de rugby.
Nuestros resultados se muestran en consonancia con el estudio prospectivo realizado por Sman y cols.(11) en el que se estudia el FPI en jugadores australianos, tanto de fútbol como de rugby. Contó con la participación de 202 varones. Los resultados del FPI se mostraron con una puntuación de 3.3 (DE = 2.5) para ambos deportes. En otra investigación llevada a cabo por Lopezosa-Reca y cols.(12), se llevó a cabo un estudio transversal observando las posibles diferencias en la postura del pie y en el ángulo de la rodilla en futbolistas y nadadores. Partían de una muestra de 68 futbolistas y 72 nadadores. Los futbolistas presentaron una posición neutra del pie, en cambio en los nadadores se estableció una posición pronada. Estos deportes pueden relacionarse con el rugby en cuanto a la explosividad y el gran desarrollo de la musculatura que requieren para ejercer las fuerzas necesarias durante la práctica, además de la presencia de cargas de alto impacto que ocasionan en su ejecución. Finalmente, también se asemejan en la superficie donde se desarrolla la práctica deportiva, facilitando encontrar en ellos consonancia con nuestros resultados. Respecto a las discrepancias con los nadadores, estas pudieron deberse a la menor relación que tienen ambos deportes.
En cuanto al estado funcional de la TPA, nuestros resultados encontraron relación con el estudio transversal que realizaron Clark y Campbell y cols.(13) sobre la dorsiflexión de tobillo mediante la prueba de Lunge en 49 jugadores de fútbol profesionales, con y sin antecedentes de lesión grave de tobillo. Los procedimientos de medición que se llevaron a cabo se realizaron de forma idéntica a los que se utilizaron en nuestro estudio. Sin embargo, en este estudio no se estipularon rangos de apto o no apto. En su lugar se tomaron medidas en las que cada jugador pudiese realizar el test de forma correcta y se procedió a calcular la media. Se obtuvo una media de 9 centímetros para el pie derecho y de 9.5 centímetros para el pie izquierdo. El estudio de Langarika-Rocafort y cols. (14) midió en 25 jugadoras de voleibol la dorsiflexión mediante diferentes métodos. Uno de estos fue el test de Lunge, obteniendo resultados en consonancia con nuestras mediciones, aunque esta no se estipuló en rangos sino en centímetros. Al realizar una comparación de los estudios anteriores mencionados, encontramos mayor rango de movilidad en las jugadoras que en los jugadores. Los resultados obtenidos coinciden con los hallazgos de nuestro estudio, existiendo una flexión dorsal mayor en mujeres que en hombres. Estas discrepancias pudieron asociarse al aumento de los niveles séricos de estradiol y progesterona, así como al aumento de la laxitud en la articulación del tobillo en las mujeres, como apuntaron Beynnon y cols.(15) en su estudio, encontrando diferencias a nivel de tobillo entre hombres y mujeres. Chino y Takahashi (16) encontraron que la flexión dorsal se encontraba más limitada en hombres que en mujeres. La disminución del rango articular en relación con los años de práctica de rugby se pudo asociar al grosor del gastrocnemio, ya que en el rugby juega un papel muy importante la flexión plantar de tobillo, la propulsión y la estabilidad durante el juego.
Otter y cols. (17) evaluaron el estado funcional de la 1AMTF en jugadores/as de rugby. Realizaron un estudio con una muestra de conveniencia de 15 hombres y 17 mujeres, obteniendo una media de 82.8° medido, también, mediante un goniómetro universal. Nuestra investigación se encuentra en discrepancia con el artículo mencionado, ya que nuestra media de valores de flexión dorsal presentó rangos articulares menores tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, a diferencia de la población de este estudio, la nuestra estuvo constituida por deportistas.
En relación con el estudio observacional realizado por Sockalingam y cols. (18), se buscó determinar si los pacientes con hallux limitus funcional presentaban un vientre muscular del flexor largo del hallux más o menos voluminoso. Se evaluaron a 26 pacientes mediante la prueba de hallux limitus funcional, siguiendo el mismo protocolo que el de nuestro estudio. Los resultados demostraron la presencia de un vientre muscular descendido consecuencia de una limitación en la polea retrotalar que se relaciona con la presencia de hallux limitus.
Para concluir, fueron evaluados los mecanismos lesionales en función de las características del jugador. Chow y cols.(19) realizaron un estudio transversal acerca de las presiones plantares en jugadores de rugby de élite y recreativos con una muestra de 51 jugadores de rugby de élite y 57 jugadores de rugby recreativo. Sus resultados se encuentran en disparidad con los presentados en este estudio, ya que se obtuvo que en posición estática la zona con más sobrecarga era la constituida por los metatarsianos menores, seguido de sobrecarga en el hallux en ambos pies. Por otro lado, se analizaron las cargas plantares mediante un programa informático. En cambio, en este estudio se valoraron las zonas de sobrecarga según la presencia de hiperqueratosis.
Otro estudio, descrito por Ford y cols.(20), comparó los patrones de presiones en carga del pie dentro del calzado deportivo en 17 jugadores de fútbol. Se encontró que a nivel medial de antepié se presenta la zona de máxima hiperpresión seguido del pulpejo del hallux. Este estudio se llevó a cabo solo en el pie derecho y demostró que el tipo de superficie de juego afecta significativamente a la carga plantar.
Fuller y Taylor(21) realizaron un estudio transversal sobre las lesiones de rugby internacional femenino en 1562 jugadoras. En consonancia con nuestro estudio, el esguince lateral de tobillo fue la lesión más común. Resultados similares se obtuvieron en el estudio epidemiológico de Sankey y cols.(22) que contó con una muestra de 546 jugadores. Se postuló en los estudios anteriores que las lesiones se deben a la fatiga de los jugadores debido a las altas cargas de trabajo que experimentan en este deporte.
En cuanto al estado funcional del pie y tobillo, se destaca un mayor rango de flexión dorsal de la primera articulación metatarsofalángica en mujeres jugadoras, así como un predominio de hallux limitus funcional bilateral, tanto en hombres como en mujeres. Respecto a la TPA, existe asociación entre el rango de flexión dorsal del miembro inferior derecho con el género del jugador. Por otro lado, se señala la asociación entre el rango de flexión dorsal del miembro inferior derecho en relación con los años de práctica deportiva. Tanto en el FPI del pie derecho como del izquierdo, predomina la neutralidad.
En cuanto a los mecanismos lesionales, el pulpejo del primer dedo y la cabeza del primer metatarsiano bilaterales son las zonas de hiperpresión predominantes en los jugadores de rugby en relación con los años de práctica deportiva. Sobre la asociación con la posición de juego, la mayoría de los jugadores con posición de defensa son propensos a padecer zonas de hiperpresión en estas mismas zonas. Respecto a los delanteros, la mayoría de las zonas de hiperpresión se presentaron en el pulpejo del primer dedo bilateralmente. Finalmente, el esguince lateral de tobillo se presenta como la lesión más frecuente en jugadores de rugby.
Declaración ética
Este estudio cuenta con informe favorable de CEUMA (CEUMA 146-2022-H) y cada participante ha firmado el consentimiento informado para participar en el estudio.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Financiación
Ninguna.
Contribución de los autores
Concepción y diseño del estudio: VLG, ABOA.
Recogida de datos: VLG, FDCI, MCCF.
Análisis e interpretación de los resultados: VLG, SSM.
Creación, redacción y preparación del boceto inicial: VLG, ABOA.
Revisión final: VLG, SSM, ABOA.
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